Que los alimentos orgánicos han cobrado importancia entre la sociedad actual, es un hecho. Este tipo de alimentos actualmente cuenta con una amplia demanda de consumidores que conocen con exactitud la procedencia y los procesos de producción de los mismos, así como sus beneficios sobre la salud o el medio ambiente.
Realidades
Estos alimentos, se consideran “orgánicos” porque a la hora del cultivo y producción de los mismos, los agricultores tienen en cuenta una serie de objetivos beneficiosos para el medio ambiente: reducir la contaminación, promover recursos autosostenibles, mejorar la calidad del suelo o del agua o el uso de fertilizantes artificiales, entre otros.
Estas prácticas contribuyen a combatir el cambio climático, debido a que permiten reducir el nivel de CO2 en la atmósfera atrapando el dióxido de carbono en el suelo, o al cuidado del medio ambiente, porque al ser ecológica brinda nutrientes a la tierra, perseverando la biodiversidad y los insectos polinizadores.
No sólo son beneficios medioambientales los que tiene la producción de este tipo de alimentos, sino que también busca lograr circuitos de distribución directos entre productores y consumidores para evitar los intermediarios con el fin de reducir los precios.
Limitaciones
A pesar de los beneficios que otorga la agricultura orgánica al medioambiente, así como a la alimentación de las personas, existen una serie de limitaciones y retos a los que se enfrentan este tipo de alimentos.
Una de las limitaciones de los productos orgánicos es su elevado precio frente al resto de productos, porque tardan más en producirse y requieren más trabajo, además de que se distribuyen en pequeñas cantidades enfrentándose a procesos de certificación elevados.
A la limitación comentada anteriormente hay que sumarle la gran carencia de políticas públicas que apoyen o defiendan la agricultura orgánica en todos los niveles, tanto técnico como económico, o el problema de las empresas transnacionales que están comprando pequeñas empresas orgánicas para entrar al mercado sin cumplir los compromisos ecológicos.
¿Te animas a consumir orgánico?
A pesar de las dificultades a las que tiene que hacer frente este tipo de agricultura, es necesario apoyarla, debido a los numerosos beneficios que aporta tanto a nuestra dieta como al medioambiente.
Al comprar, ten en cuenta que este tipo de productos llevan detrás procesos de producción de calidad, frescos y sanos que, además de contribuir a la mejora de tu salud, preservan el medio ambiente y combaten el calentamiento global.
Como comprador debes recordar que lo “barato” a veces sale caro, como la producción de alimentos a través de la agricultura tradicional, que emplea un estilo de producción basado en el uso de químicos que destruyen el ecosistema. En tus manos esta la decisión de apoyar la producción de alimentos orgánicos, ¡el poder lo tienes tú!