Lo más importante a la hora de prevenir una gripe o un resfriado es tener un organismo fuerte y saludable. Y la alimentación desempeña un papel fundamental en el correcto funcionamiento de nuestro sistema inmunitario.
Al igual que en verano contamos con gran cantidad de frutas y verduras ligeras y refrescantes con las que combatir el calor y mantenernos hidratados, en invierno predominan legumbres, frutas y hortalizas que nos ayudan a combatir el frío, aumentar nuestras defensas y fortalecer nuestro sistema inmunológico.